Asesoramiento, Educación

SEPTIEMBRE

Llega un mes, cuyo significado trasciende más allá del fin del verano. En el que predominan nuevos proyectos, propósitos e ilusiones, casi como un inicio de año donde tras un merecido descanso, se renueva la energía y te sientes capaz de cambiar el mundo.

Regresan los “y qué hago”, “a dónde voy”, o “cómo podré ayudarles”, y recordamos esa sirena que suena como limitación horaria y cambio de ritmo, las abarrotadas agendas repletas de planes y objetivos, dispuestos a comerse el mundo. Recuperamos ese cosquilleo en las entrañas, esa piel erizada una vez iniciamos la puesta en escena, esa incertidumbre al cruzar el umbral de la puerta, ese nervio que se mezcla con entusiasmo, y a la vez te devora por dentro, cada vez que nos adentramos por este túnel temporal. 

Inauguramos otro año, diferente al anterior pero igual de optimista, ambicioso y deseado. El curso escolar 2022-2023, llega para quedarse y contemplar cómo a través de nuestro vértigo, saltamos al vacío con ganas de comernos todos los retos que estén por llegar, apostando por el progreso en la cohesión, la educación y la convivencia escolar.

Y agradecemos, cada cambio positivo, cada aprendizaje que se refresca, cada regeneración de contenidos, cada huracán de emociones que nos ubican y mantienen con los pies en el suelo, cada gesto, cada peldaño.